En un partido lleno de emociones, los merengues lograron su decimoquinta orejona en Wembley.
Una final histórica en Londres
Los merengues sacaron a relucir su estirpe copera para celebrar en Londres. Sufriendo en el primer tiempo, cambiaron la cara en el complemento y vencieron 2-0 al Borussia Dortmund. El más ganador de la Liga de Campeones estira su hegemonía.
En Wembley, un escenario tan imponente como icónico, juró el nuevo rey de Europa. Cuál otro más que el Real Madrid. En la definición de la última Liga de Campeones con el actual formato de competencia (porque desde la próxima temporada tendrá una fase de liga en vez de los grupos), los merengues repitieron una escena frecuente: levantar la Orejona. Se impusieron por 2-0 al Borussia Dortmund para obtener la decimoquinta Copa de Europa de su laureada historia.
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Un primer tiempo complicado
El máximo torneo de clubes del mundo iba a tener una final con equipos muy distintos. La fuerza colectiva de los germanos, versus la calidad individual de los hispanos. Por un lado, la efervescencia de la “muralla amarilla” que adorna cada partido del BVB. Por el otro, el peso del escudo y de una camiseta que expele aroma a victoria en cualquier rincón. Y esa desigualdad también se daba con la historia de ambos en el certamen. El Madrid es el más ganador, contra un Dortmund que aspiraba a su segunda Orejona, en su tercera final.
Luego de la interrupción que tuvo el partido apenas comenzó, por la invasión de algunos “espontáneos” a la cancha (no exhibidos por la transmisión oficial), se vio el atrevimiento de los alemanes. No se escondieron, ni apostaron a la especulación. Fueron superiores en un primer tiempo que perfectamente pudo tener a los amarillos en ventaja, y nadie hubiese reclamado. Las mejores ocasiones de peligro fueron del Borussia Dortmund. En los 21′, lo tuvo Adeyemi, quien se quedó sin ángulo al sacarse a Courtois. Un par de minutos más tarde, lo tuvo Füllkrug, pero su remate dio en un poste.
El equipo alemán, campeón de Europa en 1997, tenía el libreto aprendido y le salía casi a la perfección: contener eficazmente al rival y salir disparado en ataque. Los contragolpes eran de manual. Eso tenía incómodo al Real Madrid, quien tuvo a su arquero como un sostén importante. Como en la final de 2022 ante el Liverpool, el belga Courtois fue fundamental para su escuadra, abortando los intentos del adversario. En los 27′, le atajó un remate al rapidísimo Adeyemi. Después contuvo un remate de Sabitzer, en los 40′.
La reacción en el segundo tiempo
Los merengues tuvieron en Fede Valverde a su elemento más encendido, por la derecha del ataque. En los primeros 45′, tanto Rodrygo como Bellingham no gravitaron en el partido. Ya fueron apareciendo más en el complemento. Mientras tanto, Vinícius trataba de ser la ganzúa, siempre abierto por la izquierda, en el mano a mano con el lateral Ryerson.
Esa superioridad de los alemanes quedaba incompleta si no se concretaban las chances. Y ante un rival como el Madrid, que sabe sufrir los partidos y luego emerge como el mejor de los boxeadores, puede ser un pecado. Tal cual. Parece una costumbre, pero así sucede.
El equipo de Ancelotti mejoró de manera importante en la segunda parte y se acercó con asiduidad a la portería de Kobel. Con el poder de fuego que tiene, el gol estaba al caer. El Dortmund empezó a sentir el esfuerzo físico y mental, y la Casa Blanca olfateó aquello, sacó las garras y puso el escudo sobre la mesa.
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🏁 @BVB 0-2 @RealMadrid
⚽ 74' @DaniCarvajal92
⚽ 83' @ViniJr#UCL pic.twitter.com/CLDVp3LNIn
Los goles de la victoria
Toni Kroos tuvo una jornada particular, porque jugó su último partido con los merengues. En la hora del adiós, aportó con una asistencia para que Dani Carvajal abriera la cuenta en los 74′. Tiro de esquina y cabezazo. El 1-0 fue un mazazo para los amarillos, que sintieron el golpe. Como buen boxeador, el más ganador de Europa soportó los ganchos y luego se levantó, para quedarse con la gloria con un par de movimientos. En los 83′, Vinícius, de gran segundo tiempo, puso el 2-0 para sellar la consagración.
Ancelotti lo hizo de nuevo. Gana su quinto título de Champions. El padre de la criatura. Puede que su escuadra no sea la más brillante, pero es altamente efectiva y sabe ganar finales. Ya no está Cristiano, ni Benzema, ni Sergio Ramos. No estará Kroos, pero siguen ganando. Es la rutina de lo extraordinario. Simplemente, el Real Madrid.
¿MARCAR EN DOS FINALES DE CHAMPIONS?
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