Este jueves, en Atlanta, se dio inicio a una nueva edición del torneo de selecciones más antiguo del mundo.
Argentina se impuso por 2-0 a Canadá en el primer partido del Grupo A, donde también están Chile y Perú.
Poco Ambiente en Atlanta
A pesar de ser la ciudad encargada de inaugurar el torneo, en Atlanta no se respiraba un ambiente de fiesta futbolera. En las calles, no había ningún letrero referente al evento, y las únicas muestras de que se efectuaría un campeonato de estas características eran las camisetas de Messi vistas en las calles, mayormente portadas por argentinos.
Los canadienses eran minoría, pero ruidosos, aunque poco podían hacer ante los cánticos de los hinchas de la albiceleste, que eran más numerosos. A pesar de la presencia de personas de ambos países en algunos puntos de la ciudad, el ambiente siempre estuvo tranquilo y no se vio gran contingente policial.
El Estadio, un Mensaje Religioso y una Ceremonia Accidentada
En las cercanías del Mercedes-Benz Stadium, se notaba un poco más de fiesta. Especialmente a los sudamericanos les vendían cintillos, uno por cinco dólares y tres por diez. Las medidas de seguridad eran estrictas: no dejaban ingresar a la gente con ningún elemento externo y había lockers a disposición del público para dejar sus pertenencias.
En el interior, la música de Bad Bunny retumbaba en la imponente estructura techada. Además, los asistentes disfrutaban sin mayores restricciones de los bares del lugar, por lo que se podía ver a muchos con cervezas en sus manos.
La ceremonia se pensó al más puro estilo estadounidense. Show, luces y un escenario montado en apenas tres minutos por más de 100 personas. Feid fue el responsable del espectáculo musical, pero el público, a diferencia del Super Bowl, no lo tomaba mucho en cuenta. Querían ver fútbol. Para colmo, una falla en la transmisión hizo que la inauguración se cortara por televisión.
Ya con los equipos en el túnel, ocurrió uno de los momentos más llamativos. Dos pastores dieron una bendición al torneo con palabras en castellano e inglés. Uno de ellos, Emilio Agüero, ex deportista y practicante de kickboxing, dijo: “Dios bendiga a América. El mensaje de Cristo sigue vigente hoy en día y él nos llamó a la paz, a la comprensión y el perdón. También nos dijo ‘cree’, porque para aquel que cree, todo es posible. Estas palabras nos alientan a no desanimarnos, a creer en grande y creer que todo se puede. A todos los hinchas y dirigentes y a toda la familia del continente, en el nombre de Cristo Jesús: ¡Amén!”.
Luego, con ambas selecciones en la cancha, Gianni Infantino y Alejandro Domínguez, presidentes de la FIFA y la Conmebol respectivamente, se dieron el tiempo de saludar a cada uno de los jugadores.
Locura por Messi y sus Quejas por la Falta de Luz
Era un partido especial para la gran estrella de Argentina. Con el duelo de este viernes, Messi alcanzó los 35 partidos de Copa América, superando la histórica marca de Sergio Livingstone, quien tenía 34. La gente le mostró su idolatría desde que llegó al estadio, por lo que cuando dijeron su nombre por los altoparlantes, fue por lejos el más aplaudido. Antes del pitazo inicial, durante el trabajo de activación en la cancha, la Pulga se ganó la ovación de todos al marcar un golazo.
Posteriormente, cuando se alistaban para salir al terreno a cantar los himnos, Messi generó la locura de los niños que debían acompañar a los jugadores, tanto que fue el único futbolista que ingresó con dos menores.
No todo fue felicidad para Messi, quien se quejó por la poca luz del estadio mientras hacía el trabajo de calentamiento. Durante el partido, estuvo constantemente mirando hacia los focos del recinto, en señal de desaprobación.
Sobre el final del duelo, el 10 recibió una dura entrada del central Moïse Bombito, que lo dejó en el césped retorciéndose de dolor. Ahí, el sonido de “Messi, Messi”, por parte del público, nuevamente se volvió a escuchar. Se puso de pie y siguió jugando. Tras el pitazo, intercambió su preciada camiseta con Alphonso Davies, futbolista del Bayern.