El Paris Saint Germain deberá esperar otro año más, son ya trece con Qatar, una espera irresoluble, para intentar culminar su sueño de ganar la Champions League, el único título internacional que se le resiste, el que le ha puesto contra las cuerdas y del que no encuentra antídoto para eliminar su veneno ni el mismísimo Luis Enrique. Fue en la presente edición el Dortmund el que truncó sus aspiraciones, su sueño, su obsesión, tras vencer por la mínima, 0-1, con gol de Hummels y callar el Parque de los Príncipes.
Luis Enrique promete cambios en el PSG
Luis Enrique había prometido cambios y vaya sí los hizo. El asturiano tuvo una semana para preparar el partido y la primera decisión de enjundia fue la de devolver a Kylian Mbappé a la izquierda, con una referencia por delante, Gonçalo Ramos, que, a priori, iba a potenciarle. El resto, lo esperado, con el cambio obligado de Beraldo por Lucas Hernández. Terzic, por su parte, repitió el mismo once con el que ganó en la ida, sin rodeos y sin ningún experimento.
El Dortmund se muestra sólido en defensa
El Dortmund no fue la perita en dulce que muchos presuponían antes del partido. El primer tiempo de los alemanes fue excelso, sobre todo en términos defensivos, incomodando las superioridades del PSG, que no se contagió del fragoroso recibimiento del Parque de los Príncipes y dio la sensación de que jugó con el freno de mano, quizá temeroso de que un gol de su rival le complicara sobremanera la eliminatoria.
Mbappé, que estaba en la izquierda, buscando refugio y un socio, generó dos llegadas, ambas timoratas, que, en ningún caso, incomodaron a Kobel, un espectador en el primer tiempo. Ni el aplomo de Vitinha, consagrado ya como uno de los futbolistas más importantes de esta plantilla, incluso por delante del francés, pudo menguar al Dortmund, sereno y jugando como si estuviera disputando su cuarta semifinal consecutiva de la Liga de Campeones. Jadon Sancho, haciendo regates de videojuego, se divertía con Nuno Mendes en la banda derecha, mientras que Dembélé volvía a las andadas con continuas pérdidas.
El tiempo se acaba para el PSG
Los nervios comenzaron a aflorar en el PSG, mientras que el Dortmund seguía impasible, sin sentir ni padecer, a tal punto de que pudo adelantarse en el marcador por medio de Adeyemi, que se encontró solo ante Donnarumma después de un sprint interminable, pero el italiano, esta vez sí, por fin, a diferencia de contra el Barcelona, afortunadamente para los parisinos, repelió el mano a mano.
El PSG hizo un conato de remontada, como en la ida, tras salir de vestuarios. Los postes, tan malditos para el fútbol francés en Europa, todavía más para los parisinos en esta eliminatoria, volvieron a evitar que empataran la eliminatoria. Zaïre-Emery, tras un remate en semifallo de Gonçalo Ramos, erró a portería vacía y se estrelló con la madera. No había suerte, otra vez.
Hummels marca el gol decisivo
El Dortmund mostró la misma serenidad que en el primer acto. No se arrugó, supo cuándo y cómo atacar y la que tuvo la metió en la red. Hummels, solo en un córner, batió a Donnarumma, que volvió a denotar que es un portero con unas debilidades en algunas facetas que alejan al PSG de la Copa de Europa. El 0-1 era casi merecido.
Los palos negaron la suerte al PSG
El PSG se topó con los palos. En la final de la Copa de Europa de 1976, el Saint-Étienne no ganó la Copa de Europa ante el Bayern porque los palos eran cuadrados. Ahora, cilíndricos, tampoco quisieron darle la suelte a los de Luis Enrique. Nuno Mendes, Mbappé y Vitinha también estrellaron en la madera sus disparos. No hubo suerte y el PSG se despidió de la Champions, como lleva haciéndolo 13 años con el reinado Qatarí. El Dortmund espera finalista.