El mundo del fútbol en Panamá está de luto. Gilberto Hernández, un prometedor defensor de 26 años que jugó para el Club Atlético Independiente (CAI) y la selección nacional, fue asesinado en un tiroteo en la provincia caribeña de Colón. El incidente no solo conmueve a los seguidores del deporte, sino que también levanta preguntas sobre la seguridad en el país centroamericano.
Una Promesa del Fútbol Cortada en su Apogeo
Gilberto Hernández tenía un futuro brillante por delante. Había sido una figura clave en las campañas del CAI, que culminaron en la conquista de los dos últimos títulos del equipo. El jugador era especialmente conocido por su habilidad para fortalecer la defensa y su espíritu de equipo, cualidades que lo llevaron a ser parte del combinado nacional ‘canalero’.
La Federación Panameña de Fútbol lamenta el sensible fallecimiento de Gilberto Hernández, jugador del @CAIPanama de la @LPFpanama.
FEPAFUT extiende sus condolencias a su familia y seres queridos, como así también a toda la familia del CAI y del fútbol panameño.
PAZ A SU ALMA🕊️ pic.twitter.com/WiG51RvJl3
— FEPAFUT (@fepafut) September 3, 2023
Detalles del Trágico Incidente
Hernández se encontraba en una calle de Colón, junto a otras seis personas, cuando dos desconocidos bajaron de un taxi y abrieron fuego. El ataque resultó en siete personas heridas, que fueron trasladadas inmediatamente a un hospital cercano. Lamentablemente, se confirmó más tarde la muerte del joven deportista. Las autoridades aún investigan las causas del ataque, pero hasta ahora se entiende como «un hecho aislado de violencia».
Reacciones y Tributos
La Liga Panameña de Fútbol (LPF) ordenó guardar un minuto de silencio en memoria de Hernández en el siguiente partido. Las redes sociales se llenaron de mensajes de condolencias, destacando el impacto que Hernández había tenido en el deporte panameño. El Club Atlético Independiente también expresó su dolor a través de una publicación que decía: “Nos unimos al dolor de sus hijos, familia y amigos. Vuela alto líder y bicampeón».
La muerte de Hernández no solo es un golpe para el fútbol panameño, sino que también sirve como un llamado de atención sobre la seguridad pública en el país. En un deporte que suele unir a las personas más allá de las divisiones sociales y políticas, la violencia que lo ha tocado pone de relieve las cuestiones más amplias que Panamá debe abordar.
Este artículo fue desarrollado en base a la investigación editorial de Futbol Up https://futbolup.com/