El tenista número 1 de Chile enfrenta una enfermedad que afecta su oído, poniendo en riesgo su participación en Wimbledon.
Nicolás Jarry, actualmente clasificado como número 20 del ranking ATP, atraviesa un delicado momento de salud que podría apartarlo del tercer Grand Slam del año, Wimbledon. La enfermedad de Ménière ha afectado gravemente su capacidad para entrenar y competir.
Un Diagnóstico Inesperado
La Enfermedad de Ménière y Sus Consecuencias
«Se me inflamó el nervio del oído por una infección viral, por lo que perdí toda capacidad de balanceo,» reveló Nicolás Jarry en una entrevista con diario LUN. El tenista chileno ha estado lidiando con esta enfermedad que afecta el oído interno, causando vértigo y problemas de equilibrio.
Jarry, finalista del Máster de Roma, explicó que «llevo tres semanas en cama, y esa es una de las situaciones extra-tenísticas que me han ocurrido este año». A pesar de que ya logró desinflamar el oído, todavía no puede entrenar ni tiene la capacidad de ir a la cancha, dejando su futuro inmediato en el deporte muy incierto.
Un Obstáculo para Wimbledon
El impacto de esta enfermedad ha sido tan severo que Jarry podría perderse Wimbledon, uno de los torneos más importantes del calendario tenístico. «Espero llegar, el doctor dice que es difícil que llegue, pero lo cree posible. Hay que hacer las cosas lo mejor posible, estoy con fe,» comentó Jarry, demostrando su optimismo a pesar de las adversidades.
El tenista chileno tiene una especial afinidad por el césped, señalando que «a mí me gusta el pasto; encuentro que hay que hacer un juego más intuitivo». Sin embargo, la enfermedad de Ménière, que no tiene un tratamiento claro, pone en riesgo su participación.
Un Futuro Incierto
Perspectivas para los Juegos Olímpicos
Aunque la situación actual es complicada, Jarry mantiene la esperanza de poder competir en los Juegos Olímpicos de París 2024. «Debería llegar sin problemas a los Juegos Olímpicos,» aseguró, confiando en su capacidad de recuperación y en el tratamiento que está siguiendo.
La enfermedad de Ménière no solo afecta físicamente al deportista, sino que también presenta un gran desafío mental y emocional. «No sé cuándo podré volver a entrenar,» confesó Jarry, destacando la incertidumbre que rodea su futuro en el tenis profesional.