En un emocionante encuentro de la NBA, los Indiana Pacers lograron vencer a los New York Knicks por 111-106, gracias a un triple lejanísimo de Andrew Nembhard a falta de 16,4 segundos. Un triple lejanísimo de Andrew Nembhard a falta de solo 16,4 segundos rescató este viernes a los Indiana Pacers, que vencieron con mucho sufrimiento a los New York Knicks por 111-106 y que recortaron distancias en esta semifinal de la Conferencia Este de la NBA (1-2).
Destacada actuación de los jugadores
Tyrese Haliburton (35 puntos con 14 de 26 en tiros y 7 asistencias), Pascal Siakam (26 puntos y 7 rebotes) y Myles Turner (21 puntos y 10 rebotes) encabezaron a unos Pacers que el domingo podrán igualar en casa la serie antes de volver a Nueva York.
Pese a sus múltiples bajas y lesiones, estos irreductibles Knicks vendieron carísima su derrota y dejaron claro que lo van a dar todo para alcanzar su primera final del Este desde 1999. OG Anunoby, que el miércoles se lesionó los isquiotibiales en el segundo partido, se unió a los ausentes de los Knicks: Julius Randle, Bojan Bogdanovic y Mitchell Robinson.
Jalen Brunson, que se hizo daño en el pie derecho en el anterior encuentro, sí jugó pero no estuvo al estelar nivel de su ‘playoff’ (26 puntos, con 10 de 26, y 6 asistencias pero 5 pérdidas de balón). En cambio, Donte DiVincenzo firmó un partidazo con 35 puntos y un fantástico 7 de 11 en triples.
Los Pacers hacen los deberes
Indiana dejó escapar dos partidos en el Madison Square Garden que bien podían haber ganado, así que de vuelta en casa tenían trabajo urgente por delante. Arrancaron como debían: un 12-4 en cuatro minutos con dos triples de Haliburton agitando a las masas y elevando el ritmo al máximo.
Los Pacers llegaron a ganar por 12 en el primer acto, mientras Bruson sufría con la defensa de Aaron Nesmith y además volvía a dolerse del pie derecho. DiVincenzo dio un paso al frente para suplir a Brunson, pero los Pacers cerraron el cuarto con buenas sensaciones y 10 puntos de Haliburton (29-20).
Alec Burks fue uno de los nuevos nombres en la mermada rotación de los Knicks y respondió de forma fantástica con 13 puntos en el segundo cuarto y un perfecto 4 de 4 en tiros.
Expertos en lidiar con todo tipo de contratiempos y en agarrarse al marcador en cualquier circunstancia, los neoyorquinos empezaron a recobrar el pulso. En cambio, los Pacers perdieron a ratos la chispa que habían mostrado en el comienzo. Llegaron a estar por detrás en el marcador, pero Haliburton, muy agresivo en todo momento, les salvó con 13 puntos para irse al descanso al mando (63-58).
La historia se repitió en la reanudación. Los de Rick Carlisle metieron una marcha más, Turner y Siakam echaron una mano a Haliburton y amenazaron con romper el encuentro (77-66 con 7.31 por jugarse).
Ante cualquier otro equipo podría haber sido un golpe mortal, pero estos Knicks no se rinden jamás. Un monumental parcial de 8-24 les permitió ponerse por delante antes del último cuarto (85-90) con un DiVincenzo inmenso, que anotaba todo lo que le caía en las manos (17 puntos en el tercer periodo con 3 de 4 en triples).
Ni los jugadores de los Pacers, atascados ante la defensa neoyorquina, ni sus fans daban crédito a lo que sucedía. Con el partido convertido en una guerra de trincheras, un robo y contraataque de Haliburton y un dos más uno de Siakam dejó todo por decidirse en siete minutos (99-99).
Hasta el último minuto no se resolvió. Nembhard se inventó un triple increíble y anotó sobre la bocina tras un torpe ataque de Indiana, Brunson intentó forzar una falta sin éxito y los Pacers por fin respiraron aliviados ante unos Knicks desacertados en la recta final.