En el éxito por 33-5 ante Nueva Zelanda, los Pumas 7s recuperaron su esencia. Durante 14 minutos volvieron a ser el equipo arrollaba a quien se le pusiera enfrente, sin importar los nombres o los pergaminos. En los últimos dos certámenes, y aún en el debut en el Seven de Singapur ante Australia, la Argentina había estado lejos de replicar aquel ímpetu. Ante el campeón defensor y siempre favorito, afloró la mejor versión y vuelve a ilusionar de cara a los desafíos que se avecinan.
Pumas 7s vencieron a All Blacks
Unas horas después de caer 26-19 ante Australia en el debut en una actuación irregular (comenzó dormido y respondió al final para sumar un punto bonus), el seleccionado argentino de seven reaccionó de manera positiva ante All Blacks y redondeó su mejor actuación en los últimos tres certámenes. Después de cuatro finales consecutivas con que inició el Circuito Mundial 2023/24, había sido 5º en Los Angeles y 9º en Hong Kong. La goleada ante Nueva Zelanda en la última etapa antes de la finalísima en Madrid, lo pone en carrera para llegar a cuartos de final y acercarse a coronarse como el mejor de la temporada regular.
El pase a cuartos en juego contra Canadá
El pase cuartos se pondrá en juego en el segundo día de acción, cuando los Pumas se enfrenten a Canadá en el cierre del Grupo A, a las 3.48 de la madrugada argentina del sábado. Un triunfo alcanzará para meterse entre los ocho mejores, e incluso hay posibilidades de finalizar primero si Nueva Zelanda vence a Australia. Los primeros dos de cada grupo y los dos mejores terceros avanzan a la lucha por el título. Después de la primera jornada, Australia lidera el Grupo A con 6 unidades, seguido por Argentina con 4, Nueva Zelanda 3 y Canadá 2.
“En el vestuario dije que teníamos que sacar ese líder que había adentro de cada uno de nosotros. Sabía que en estos momentos hay que querer agarrar la pelota y querer ir para adelante”, dijo Isgró a ESPN tras la victoria. “A veces cuesta, es cuando más difícil es. Traté de volver a las bases y dar todo lo que tengo, sentirme vacío. Podría haber salido mal, se podría haber caído la pelota, pero igual me habría ido satisfecho porque estoy vacío. Siento que dejé todo y cada uno de los chicos también lo hizo. Estoy contento por eso”.
Recuperación de los Pumas
Hay una jugada que ilustra cabalmente la recuperación de los Pumas. El partido comenzó con un error de Rodrigo Isgró al dejar adentro una patada al touch en un penal, que propició la apertura del marcador por parte de los neocelandeces. Hasta allí, los hombres de negro se imponían en el contacto, provocaron errores y frustraron dos ataques profundos de los argentinos. Pero tras el esforzado empate, en un scrum robado en ataque, sobrevino una acción bisagra. Los Pumas recuperaron la salida subsiguiente merced al pie de Gastón Revol y el vuelo de Matías Osadczuk, una imagen que era común en ese pasaje idílico de los primeros certámenes de la temporada y se había convertido en una excepción en los últimos dos. De esa recuperación llegó el segundo try, una acción continuada de muchas fases con esa mezcla de control y verticalidad que se convirtió en la marca registrada de este equipo.
La conquista de Germán Schulz con el tiempo cumplido marcó una tónica que se mantuvo al inicio de la segunda mitad. Isgró apoyó su segundo try y luego Revol volvió a frotar la lámpara. “¡Rodri 4!”, cantó el cordobés antes de efectuar la salida de mitad de cancha. En lugar de buscar el juego aéreo, el drop voló bajó, al fondo de la cancha, casi contra la bandera. Nueva Zelanda salvó con lo justo ante la carrera de Isgró, que igualmente forzó un scrum del que nació el cuarto try. La conquista de Schulz sentenció el partido, aunque había tiempo para más.
En la última acción, luego de impedir a puro tackle el descuento maorí, Luciano González hizo una de las suyas, con una mezcla de poder y exquisitez: embistió a pura potencia y, contenido por dos rivales, resolvió con un pase de faja por detrás de la espalda al mejor estilo Nikola Jokic para la entrada en velocidad de Tomás Elizalde, que le puso cifras definitivas a la goleada en el imponente National Stadium, un escenario techado con capacidad para 55.00 espectadores (estuvo vacío durante el primer día), enclavado en el corazón de esta ciudad-estado.
.